En el post de hoy vamos a conocer de forma más técnica el equipamiento del caballo. Nos adentraremos un poquito en el mundo de la tradición, de los materiales naturales y la fabricación artesanal. Cuando los maestros y aprendices realizaban maravillosas piezas, todas ellas únicas, fácilmente reparables y con una vida útil sin fecha de caducidad.
La montura vaquera española, aquella que ha servido bien a generaciones enteras desde tiempos inmemoriables y que ha sabido vestir a los caballos españoles y jacas como ninguna otra. Toda una seña de identidad.
La silla vaquera o “montura vaquera” como es conocida tradicionalmente en tierras andaluzas, tiene su origen en las antiguas sillas árabes. Se construye para ser utilizada durante mucho tiempo, en condiciones adversas y de duro trabajo, como sucede en las largas jornadas faenando con el ganado bravo.
Lo maravilloso de estas sillas, es que el dorso del caballo no sufre tanto el impacto que ejerce la silla con el peso del jinete durante la monta y la libertad de movimiento que ofrece al caballo. La cruz queda completa y absolutamente libre , sin apoyo alguno de la montura sobre ella, al igual que las vértebras de la columna.
En Guarnicioneria Rubio fabricamos este tipo de monturas totalmente de forma manual y con materiales naturales de primera calidad.
El armazón o albardón, es el “esqueleto” de la silla. Se cosen a mano dos lonas en color blanco de algodón. Se forman unas canalizaciones paralelas en horizontal, que se rellenarán con paja de centeno para que la montura adquiera “cuerpo”. Este relleno debe adquirir la dureza justa, pues si queda muy duro no podrá adaptarse al asiento del jinete, y si queda muy blando se deformará en seguida. Por eso la labor del guarnicionero es tan especial, porque sabe con certeza cómo se debe hacer correctamente.
La concha, esa parte en la zona de atrás en forma de abanico, se hace con tacos de paja de centeno cosidos y trabajados hasta que se consigue la forma y el tamaño deseados. La perilla, en la zona delantera, se hace de igual forma.
Después, viene el empellejado, proceso en el que la concha y la perilla son recubiertos de cuero de vaca que ha pasado 24 horas en agua y al que se le ha quitado el pelo y la grasa. Al no estar curtido (proceso en el que se añaden productos químicos), el cuero adquiere una resistencia prácticamente indestructible y queda elástico a la vez.
Una vez se tiene esta fase hecha, se procede a “vestir” el armazón o albardón con cuero negro o marrón brillante.
El basto o bastes de la silla, se rellenan de pelo natural, con las crines. Estas, al ser fibras capilares separadas y de caballo, ofrecen dos ventajas:
- Transpiración. Por lo que los bastes se secan más fácilmente después de trabajar con el caballo.
- No produce ningún tipo de alergia en la piel del animal.
Por supuesto, lo idóneo para la salud del dorso del caballo, es alternar el uso de diferentes sillas, por lo que podemos utilizar una silla de doma o de uso general para entrenamientos y una vaquera para paseos por el campo. Actualmente pesan entre 7 y 12 kilos. Con esta práctica, conseguiremos fortalecer el dorso de nuestro caballo. Se coloca la tradicional zalea de borreguillo natural (de oveja) sobre la montura y ¡listo! Suave y blandita para el jinete, y en definitiva, una silla que se amolda al cuerpo del caballo como un guante.
En Guarnicioneria Rubio puedes encontrar multitud de monturas vaqueras, además si no encuentras una que te guste puedes solicitar que te hagan a medida a tu gusto. Echa un vistazo a nuestra tienda online y visualiza nuestros productos, todos ellos hechos con materiales de primerísima calidad.